POR EL HIMALAYA

La verdad, no nevó en ningún momento, aunque el frío del Himalaya todavía persiste en mis huesos. Supongo que eso forma parte del entorno tanto como la magnificencia de las montañas y los suspendidos monasterios en las laderas. Sin duda resalto la pureza del aire como uno de los grandes maravillas y la vibración sutilde los cantos de los lamas que, sin ser comprendidos, llegan al interior de las células.

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