Presentación del libro «Mal de ojo» en Madrid

Pilar Carrillo presentó el pasado 11 de mayo su nuevo libro «Mal de ojo» en Madrid. 

La escritora destacó:

«En cuanto al título, elegí “mal de ojo” por tratarse de un fenómeno universal, extendido por todo el planeta y que persiste desde el principio de los tiempos. La supuesta creencia en el poder maléfico de la mirada se puede encontrar en todas las épocas y textos antiguos: en la biblia, el talmud, en la mitología griega y todavía se sigue registrando, de una forma u otra, en casi todos los países del mundo.

Por poner un ejemplo: en el museo del Louvre (sala de Mesopotamia, vitrina 15) hay una tablilla que contiene un conjuro contra el mal de ojo. El conjuro explica los efectos de una mirada maléfica de la siguiente manera:

“…se aproximó al cielo y no llovió, se aproximó a la tierra y las hierbas no crecieron, se aproximó al buey y su yugo se rajó, se aproximó al establo y el queso se estropeó…”

Tratamos, pues, con una de las tradiciones supuestamente mágicas más importantes del mundo que ha llegado a la actualidad con las mismas características de hace milenios.

Mal de ojo

Con mal de ojo nos referimos a una especie de psicopatología producida por la mala mirada de una persona sobre un ser humano, animal, vegetal o cosa, una casa, un barco. Esta energía emitida por la persona puede afectar a cualquier ser animado o inanimado.

Algunos estudiosos dicen que también se puede producir por un maleficio deliberado hacia cualquier persona animal o cosa, pero el mal de ojo propiamente dicho, al menos el que yo conozco, lo causa una persona por un sentimiento de envidia o admiración hacia algo y desconoce que lo ha causado.

Los síntomas son insomnio, náuseas, diarrea, dolor de cabeza tristeza y malestar general. Todo ello, por supuesto, sin que haya un motivo aparente.

¿Es peligroso? Si no son niños ni ancianos ni personas vulnerables no se preocupen. Si lo son, lleven un amuleto, una turquesa, un escapulario de la virgen del Carmen. Suelen ser efectivos.

Normalmente el mal de ojo se define como creencia supersticiosa. Pero creer o no creer en algo en realidad es irrelevante hablando en términos filosóficos o científicos. Creer o no creer es lo mismo. No creer es otra creencia. No aporta ningún criterio de verdad. Pero que sea un fenómeno anómalo o incomprensible a nuestra razón no quiere decir que sea falso o irreal. Y ahí está la gran pregunta: ¿existe o no existe? Nadie lo sabe y nadie se ha molestado en averiguarlo. Supongo que porque no sabemos cómo hacerlo. El misterio sigue vivo y supongo que continuará por mucho tiempo».