Sobre Frida Kalho.

Cuando conocí a Frida, hace algunos años, tuve la impresión de que éramos afines. Lo primero que vi fue un cuadro suyo con un corazón desgarrado. Quedé impresionada; porque yo desde niña pintaba temas similares y todo lo convertía en un reguero de sangre. Por supuesto que mi pintura no podía compararse con la suya en cuanto a calidad se refiere, pero en mis chapuzas estaba la herida, el dolor y la muerte.

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